Respecto a la noticia (Noticia Sevilla directo )aparecida de la tala de los pinares del parque del Alamillo, deseo hacer unas consideraciones, porque las consecuencias son desastrosas para un emblema de la calidad ambiental de la ciudad.
No conozco los
informes a los que se hace referencia, pero por la noticia y los datos aparecidos en Sevilla Directo, el
caso es un claro ejemplo de negligencia en la plantación que se hizo en su momento
por parte de la empresa que la ejecutase.
Hay dos datos que
aparecen en la información mezclados y que pueden inducir a confusión cuando se
producen por causas distintas, se dice:
"Un problema de estrangulamiento del
tronco en su base enterrada, provocado por el efecto de un mal desarrollo de
las raíces que no era perceptible" y luego se argumenta que tras las
investigaciones realizadas, los ejemplares "sufren un estrangulamiento en la base del tronco
motivado por un mal desarrollo de las raíces, que han crecido en torno
al mismo en esa zona más próxima a la superficie, provocando con ello que la
sección del tronco se haya ido reduciendo paulatinamente, hasta aproximadamente
la mitad del diámetro que debería tener en su base bajo tierra"
Pues bien, sin
conocer las investigaciones se mencionan el estrangulamiento y el mal
desarrollo de las raíces que imperceptiblemente estrangularon el arbol y es un
argumento peregrino, que me atrevo a decir que o esta mal explicado o esta mal
redactado, porque el suicidio por auto estrangulamiento entre los arboles no es
a todas luces plausible.
La causa, como he
enunciado al principio, seguramente, es una mala ejecución en la plantación y
por tanto si era perceptible la caída a medio plazo.
En aquella época la
mayoría de las coníferas se trasplantaba con escayola o enretada, hoy la
mayoría se cultiva en macetas y no en suelo. El escayolado radicular es un
proceso a dos años que no explicare, que se ejecuta para garantizar la
pervivencia en el trasplante de arboles cultivados en suelo de difícil
trasplante, como las coníferas o árboles de hoja persistente, y consiste en la excavación del cepellón de
raíces, el enretado con tela metálica y el escayolado de la misma para formar
un contenedor. En el proceso se dejan orificios por arriba y en los laterales y
en la base, para permitir tanto el riego como la salida de raíces. Al plantarlos en su lugar definitivo hay que
seguir tres pasos fundamentales, que por lo que se ve, en la plantación del
Alamillo, no se siguieron:
1. Retirar la
escayola del suelo para permitir que las raíces de fondo se expandan y el árbol
no se encharque y muera por asfixia radicular.
2. Romper la
escayola (quebrarla), sin dañar el cepellón ni retirarla, pues se deshace con
el tiempo, para facilitar que las raíces salgan del contenedor de escayola, si
no salen se espiraliza, se enrolla al tener unas paredes rigidas y se terminan
enrollando sin expandirse adecuadamente en el terreno, lo que deriva en falta
de sustentabilidad del árbol adulto.
3 Y más importante,
cortar el alambre que ata la escayola a la base del tronco, puesto que este
alambre, normalmente de 3 a 5 mm, esta fuera de la tierra y es mas lenta su
oxidación, termina estrangulando el tronco y creando un anillamiento que impide
un correcto desarrollo del árbol en su estado adulto. Este parece haber sido
también otro de los problemas.
Por tanto, son dos
causas probables, desde fuera, que quien lo plantó como mínimo se saltó los
pasos dos y tres con el consiguiente desastre.
Es por tanto un caso
claro de negligencia profesional, en una profesión que se considera que
"cualquiera puede hacer" y que como se ve tiene sus consecuencias.
No entro en
consideraciones de suelo, ni en la ruptura de la suela arcillosa antes de
plantar, para facilitar la extensión del sistema radicular, pues no se
mencionan en la noticia.
A lo largo de mi
vida profesional me he encontrado con técnicos y operarios, que no se donde habrían estudiado, pero que cuestionaban sistemáticamente estas básicas
nociones cuando les corregía sus técnicas, teniendo que imponer mi criterio, por lo que es un problema bastante
común. No es solo este caso desgraciadamente.
Lo único afortunado
de esto, si tiene algo positivo, es que
bien gestionado, la madera de estos pinos tiene valor comercial y se puede
pagar con su venta gran parte de la plantación nueva con lo que el error no tendría un gran coste económico, como se hace en otros países, ya que al tener
25 años están cerca de la edad de corte optima.
Bueno, simplemente
una consideración a una información que induce a confusión.
Ricardo Librero
Paisajista. Ex
Director de Proyectos de Jardinería y Forestación y Paisajista del
equipo de Diseño de Expo´92.